lunes, 8 de febrero de 2010


Rodar hacia las heridas, por el aire cansado y el mar;
hacia los suplicios, a través del silencio de las aguas y los aires mortíferos,
hacia las torturas que ríen, en su silencio,
atrozmente agitado.
Arranco desesperadamente hojas de mi cuaderno,
armo impaciente barcos de papel,
alguno de ellos me llevara, no elevare anclas,
seré naufrago de mares infinitos,
imaginarios, destino sin cicatrices que vuelvan a sangrar,
muelle de palos y espinas,
aguas limpias y traicioneras,
me dejare llevar...hasta que el papel se desarme,
hasta que el agua me llegue al cuello,
hasta que me de cuenta que no se nadar
y que ando sin salvavidas...
Thelma

1 comentario:

  1. y cuantas veces no tenemos salvavidas y no nos damos cuenta?
    me gusto tu escrito

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