jueves, 25 de febrero de 2010

Mar de noche


Qué poder que tiene una palabra... una, dos, tres... Qué poder que tiene la palabra. Andaba enredándome con las mías cuando recibo un mensaje de mi amigo: Bueno Lou, hiciste lo que te salió. Eso no es ninguna estupidez. A veces mi amigo tiene la capacidad de decirme la palabra justa. Con sólo leer eso me calmé. Por algo es mi amigo, claro. A veces tengo ganas de matarlo pero otras, como esta vez, sé por qué lo elijo.
Es que no me convencen demasiadas palabras ni demasiado sentido común. Y empiezo a pensar que algo estoy haciendo mal al hacer lo que me sale o lo que siento. Y la gente no sabe qué decirme o me reprocha porque yo misma me reprocho. Pero creo que ese mensaje contiene verdad, por lo menos para mí.
No quiero escuchar palabras repetidas ni lejos de mí. Por eso no hay psicóloga/o que me convenza. Sé que todo implica un sufrimiento de alguna manera. Pero si hay algo que siento que tengo que hacer, no voy a dejar de hacerlo por miedo a sufrir. Prefiero sufrir y después calmar ese sufrimiento momentáneo que dejar de hacer o decir... Prefiero vivir una y mil veces mi vida que vivir vidas de otros que no se animan.
Total, después vendrán palabras amigas que trae el mar...
Luchis, la playa de noche te hace bien como decís... Te quiero

Louise

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