Las matemáticas nunca fueron mi fuerte,
detesto las ecuaciones
los problemas que terminan siendo un choclo de números,sin solución alguna,
las restas que siempre dejan un espacio vacío y te hacen sentir peor de lo que uno se siente,
las sumas que a veces dan acceso a sumarse a nuestras vidas a personajes inadaptados que nos cargan con sus miserias y sus dramas,
me agrada la multiplicación,siempre y cuando sea beneficioso el resultado final,
los números primarios me parecen mas bien tiernos y queribles,
me entretengo con el ábaco,moviendo las bolitas contando una y mil veces sin tener una terminacion numérica,
tengo una excelente relación con los binarios,supongo que para bien o para mal terminamos siendo buen complemento,
me fascina alterar el producto,estar elevada a la enecima potencia,llegar sin darme cuenta al infinito y volver a comenzar de cero.
Salgo a caminar de tanto en tanto, con las ecuaciones logaritmicas,
me seducen las ecuaciones lineales con una o dos incógnitas,
me tientan las divisiones de polinomios,los teoremas,los conjuntos,
me descalabra el maremoto de números que roen mi cerebro para tratar de resolver cada uno de los problemas planteados en la hoja de vida,sin duda alguna habrá en ella algunos borrones,cuentas en los margenes,alguno que otro machete,una ecuación a medio terminar,
el lápiz con poca punta,la goma mordisqueada,la hoja un tanto arrugada,el cerebro a punto de fundirse,los ojos vidriosos y ardidos,la mandíbula dura,las manos temblorosas,pero con un poco de fuerza para seguir solucionando esos pequeños,grandes,jodidos,sencillos problemas que aparecen cuando uno menos se lo imagina.
Thelma
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