lunes, 8 de febrero de 2010


Mi casa es un desorden,
mi cabeza es un desorden,
mi estomago lo es,
mis uñas lo son,
mi voluntad esta desordenada,
mis pensamientos también,
mi cordura se siente igual,
mis ganas se identifican.

No tengo azúcar para el mate,
no fumo, no debo fumar mas,
no puedo beber mas,
no puedo huir mas,
no puedo reciclarme a cada instante,
no puedo estancarme mas,
no puedo renunciar...
pero a veces, hay veces que tanto se me complica
que necesito amagar a presentar mi renuncia.

Un reencuentro, un abrazo
tanta energía suelta que gira a nuestro alrededor,
tantas pasiones,
tanto entendimiento,
tantas cosas claras,
tanto arte,
tanto amor,
y que importa lo que digan?
y que importa si no entienden?
y que importa si creen cualquier cosa?
y que importa si nos juzgan?
y que importa si el tiempo pasa y no te veo?
nadie sabe cuanto yo te siento...

Volver al pasado,
a esos días de infancia,
a la crueldad de palabras sin saberlo,
a los juegos,
a los recuerdos que quedan siempre marcados en la piel,
un volver al pasado que remonta un vuelo,
el mismo vuelo de la niña que fui y quise ser.

Un perdón, un Te amo,
una carga de fuerzas extras
para volver a vernos,
esas ganas de abrazos nuevos,
de besos nuevos,
de miradas nuevas,
las mismas ganas,
el mismo sentimiento.

Y yo aquí estoy, con todo esto dentro mio,
mezcla rara de emociones si es que las hay,
un mate amargo,
una simulacro de mate amargo,
una revolución en mi estomago,
los párpado cansados,
pero acá estoy...
estoy...



Thelma

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